¿Cómo proteger nuestro patrimonio ante fenómenos naturales?

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En las últimas semanas hemos sido testigos de diversos fenómenos naturales que han puesto en riesgo la vida y el patrimonio de miles de personas, tanto en México, como en otros países de nuestro continente.

Es por ello que hoy debemos reflexionar sobre la cultura de la prevención y la previsión que tenemos como sociedad en general y cada uno en particular en forma individual o familiar.

La prevención procura evitar el daño o, al menos, disminuir sus consecuencias. La previsión apunta a prepararse para responder al daño sufrido, que no ha podido evitarse, es decir, generar fondos que permitirán afrontar las pérdidas sufridas.

Crear conciencia de que somos vulnerables a riesgos personales y materiales, adoptar nuevas conductas y una actitud responsable y de respeto encaminada a proteger nuestras vidas y la de los demás es parte fundamental de la cultura de la prevención.

Contratar seguros de vida, de gastos médicos, y que protejan nuestro patrimonio –casa, coches, negocios– es fundamental en términos de previsión.

Ahora bien, mientras algunos seguros es posible contratarlos fácilmente de acuerdo al valor comercial, como sucede con los coches, otros son más complejos. ¿Cuál es la clave para la contratación de un seguro que proteja en forma efectiva nuestro patrimonio? Conocer el valor real del bien a asegurar, lo cual puede hacerse a través de un avalúo que permite estimar el valor de un inmueble o negocio en un contexto y tiempo determinado.

Los avalúos para seguros determinan el costo invertido para cálculo de una póliza de seguro sobre una propiedad y usualmente excluye el valor del suelo y la cimentación.

La industria de seguros en México ofrece coberturas para el riesgo de terremotos y otros desastres naturales a través del seguro de daños. La contratación del mismo contempla la protección del hogar y puede amparar tanto la infraestructura, como lo que hay dentro.

La cobertura para edificio, que se refiere a la estructura física de la vivienda, incluye techos, ventanas, instalaciones fijas sobre el nivel del suelo, servicios de agua, aire acondicionado, drenaje y energía eléctrica.

En cuanto al interior del inmueble, lo cubierto generalmente son los bienes muebles como electrodomésticos, comedores, salas, recámaras, cocinas, utensilios, baños, ropa, joyas, objetos de arte, equipos deportivo y juguetes.

Adicionalmente, es posible incluir en el contrato del seguro «gastos extraordinarios” que se generan como resultado del daño a la propiedad asegurada, tales como la mudanza y/o la renta de una vivienda durante la etapa de reconstrucción.

¡Construyamos un México más seguro!

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